Todos los años en esta misma fecha se repite la misma escena. Cientos de personas hacen fila y esperan, pacientemente y desde la madrugada, que se abra la venta de pan dulce. No es cualquier pan dulce, es el de Plaza Mayor, una confitería típica de Monserrat que a lo largo de los años se ha convertido en la obsesión del público.
Muchos aseguran que se trata del «más rico de la ciudad» y sin dudas los clientes confirman la leyenda, ya que repiten año tras año la procesión para hacerse del codiciado bizcocho. Los horarios son bastante particulares: solo se vende pan dulce de 9:00 a 11:00 y de 17:00 a 19:00. Suena curioso semejante frenesí teniendo en cuenta que Plaza Mayor lo prepara todo el año pero es cierto que algunas tradiciones son imbatibles.
Vale la pena darse una vuelta para comprobar si efectivamente merece el título o no. Sin dudas, los clientes reconocen la calidad del pan dulce y, pese al calor se mantienen firmes en la fila para adquirir el suyo. El kilo de pan dulce relleno de almendras, nueces, avellanas y hasta cerezas cuesta $ 500